miércoles, 21 de marzo de 2018

Todo tendría sentido si no existiera la muerte

Fecha en que fue vista: 1/03/2018

Ficha técnico artística
Dramaturgia: Mariano Tenconi Blanco
Actúan: Maruja Bustamante, Bruno Giganti, Andrea Nussembaum, Agustín Rittano, Juana Rozas, Lorena Vega
Vestuario: Cecilia Bello Godoy, Johanna Bresque
Escenografía: Oria Puppo
Iluminación: Matías Sendón
Musicalización: Mariano Tenconi Blanco
Música original: Ian Shifres
Fotografía: Sebastián Freire
Diseño gráfico: Gabriel Jofré
Meritorio de dirección: Ana Schimelman
Asesoramiento De Arte En Fotografía: Mume Boskovich
Asistencia de escenografía: Florencia M. Tutusaus
Asistencia de iluminación: Sebastián Francia
Asistencia de vestuario: Elisa D´agustini
Asistencia De Producción Ejecutiva: Eugenia Tobal
Asistencia de dirección: Maxi Muti
Prensa: Luciana Zylberberg
Producción general: Carolina Castro
Coordinación De Montaje: Mariana Mitre
Coreografía: Jazmin Titunik
Dirección: Mariano Tenconi Blanco



    Volví a la sala del centro cultural rojas donde se estaba realizando una obra que lo único que sabía de ella era que duraba tres horas.
    La escenografía, iluminación, música y vestuario me hicieron viajar a varios años atrás, hasta el vocabulario de los personajes me hizo sentir en otra época.
    “Todo tendría sentido si no existiera la muerte” es una obra que todo el tiempo está en tensión y juega con dos grandes tabúes, el sexo y la muerte. Ambos cobran un lugar de naturalidad en donde parecería que el autor Mariano Tenconi Blanco juega con la dialéctica vida – muerte.
    El anuncio de una enfermedad terminal hace a la conexión concreta con la idea de la muerta, la que genera un deseo como última voluntad, deseo que motoriza y que hace que esta conexión con la muerte se vuelva vida.
    Las tres horas de duración son dinámicas, principalmente por la gran dirección y la elección de que sean escenas que empiezan y terminan con un parpadeo de luces, y musicalización acorde, que hace que el tiempo se fragmente. Por otro lado las excelentes actuaciones hacen que la historia te atrape, te divierta, te angustie, te emocione y sientas que el tiempo que estás ahí como expectador/a vale la pena.     Una obra que como eje principal transmite con naturalidad el acontecer del sexo y de la muerte pero que también despliega otras temáticas como el amor, el desamor, el aborto, la homosexualidad, el lugar del cuerpo de la mujer. El tono cómico, retro, pornográfico es un combo exquisito. 

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