Fecha en que fue
vista: 13/10/2017
Ficha técnico artística
Dramaturgia: María Marull
Actúan: Pilar Boyle, Rodrigo del Cerro, Mercedes Moltedo, luz Palazon
Vestuario: Jam Monti
Iluminación: Matías Sendón
Diseño de espacio: Jose Escobar, Alicia Leloutre
Fotografía: Sebastián Arpesella
Diseño gráfico: Natalia Milazzo
Asistencia de dirección: Sofía Salvaggio
Prensa: Carolina Alfonso
Volver al camarín de las musas es un placer para mí.
Estaba yendo a ver una obra que me recomendaron mucho, esta es su tercera
temporada.
“La Pilarcita” invita a viajar al interior de un
pueblo. La escenografía, la tonada de dos de las actrices y el payador son
parte de lo que hace sentir este viaje.
También invita a conocer a esta santa popular. La Pilarcita es una niña santa que tiene su capilla en la localidad de Concepción de Yaguareté Corá, provincia de Corrientes. Se le adjudican milagros, yo todos los años se lleva a cabo una procesión en la que sus fieles se acercan a venerarla y ofrendarle muñecas.
Es la historia de esta santa popular la que le da el contexto y marco a esta obra. Un guión profundo, sensible que me hizo conectar con diferentes emociones, pero por sobretodo con la ternura.
La obra transcurre en una hostería donde están dos amigas Celeste y Celina. Tienen dos personalidades totalmente diferentes pero que se acompañan y las une su historia desde la infancia.
Es la historia de esta santa popular la que le da el contexto y marco a esta obra. Un guión profundo, sensible que me hizo conectar con diferentes emociones, pero por sobretodo con la ternura.
La obra transcurre en una hostería donde están dos amigas Celeste y Celina. Tienen dos personalidades totalmente diferentes pero que se acompañan y las une su historia desde la infancia.
Celeste es
extrovertida, transmite que nada la frena, va para adelante. En cambio Celina
es tranquila, más silenciosa. Ella simplemente espera que un chico la mire.
Pero es la fiesta popular la que las une y ambas comparten los ensayos de la
coreografía y también realizan el traje de baile de Celeste. La escena del
ensayo de baile me sacó muchas sonrisas y me transmitió una ilusión y
convicción de que ese baile para Celeste era mucho más que bailar.
En la obra también se hace presente Selva que es quien
rompe con la tranquilidad, yendo en la búsqueda de un milagro y pretendiendo
que la hostería sea algo que no es, un hotel de primera categoría. Este
personaje me hizo pensar en cómo se puede irrumpir lo cotidiano, lo
naturalizado y siendo alguien externo no tener la capacidad de comprender otras
maneras de vivir.
Las actuaciones realmente son admirables, cada
personaje transmite rasgos muy diferentes de personalidad, de maneras de mirar
la vida. Esto habla del excelente guion y de la gran dirección de Maria Marull.
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